Una vez más, el grupo, que esta vez fue a una ruta en Triana, contó con Jose Manuel García Bautista como guía, brindando sus experiencias personales y la información que a lo largo del tiempo había ido recopilando acerca de los focos paranormales del barrio de Triana.
El tour dio comienzo frente al Callejón de la Inquisición, y la primera historia se centró en una casa que se encontraba entre dicho callejón y el mercado de Triana. Lo que captó inmediatamente la atención de los integrantes del grupo es que, a pesar de estar en una zona perfecta, las ventanas estaban completamente tapiadas, indicando que el edificio estaba abandonado.
La historia comenzó con una joven que enseñó a su primo a utilizar el tablero de ouija. Aunque Bautista hizo hincapié en que con una ouija lo más probable era ser inducido a mera sugestión, este chico encontró algo... y ese algo no solo provocó que en la casa empezasen a desaparecer cosas y que la tele se encendiese sola siempre en determinado canal, sino que poco a poco fue convirtiendo al chico en alguien arisco, que se aislaba en su cuarto y no comía. También reportaron haber sentido olores nauseabundos, a los que al principio no dieron importancia debido a la proximidad del domicilio con el mercado. La presencia de sombras en el domicilio fue la gota que colmó el vaso, y la familia contactó con un grupo de expertos.
Días antes de que la familia decidiese tomar medidas, ya había ocurrido un suceso extraño involucrando a la prima del joven: ésta se había lanzado desde el trampolín de la piscina de la Universidad laboral de Sevilla, careciendo ésta de agua en ese momento. Por suerte, la chica rebotó en un neumático antes de caer en los escombros, lo que evitó su muerte, pero la llevó a pasar un tiempo convaleciente en el hospital Virgen del Rocío.
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13 de Marzo de 1994.-Hemeroteca digital ABC |
¿Qué llevó a la chica a arrojarse al vacío? Las investigaciones de Bautista aportaron relación con ambos sucesos: la misma chica que enseñó a su primo a contactar con espíritus a través de un tablero de ouija había jugado a la ouija sobre el trampolín de la piscina, algo que al parecer hacía a menudo. Ausentándose de un examen, el supuesto espíritu que hablaba a través del tablero le dijo que mataría a todos sus amigos... y que solo se salvarían si la chica saltaba, algo que cumplió casi inmediatamente.
¿Y qué era lo que había en la casa de su primo? Poco antes de que abandonasen la casa y tapiasen las ventanas, los expertos captaron una única psicofonía: "Aquí no viviréis". La psicofonía fue mostrada e interpretada por Bautista.
El grupo bajó por la calle Castilla, llegando hasta la iglesia del Cristo de la O. Frente a ésta, un edificio abandonado, cuyas ventanas, a diferencia del anterior edificio, estaban abiertas de par en par, dejando ver el interior cubierto de polvo, vacío.
Bautista contó que tras una conferencia dada en la segunda planta, las tres personas que quedaron abandonaron el edificio tras haber apagado las luces y cerrado las ventanas, y justo antes de irse a casa... comprobaron que una ventana estaba abierta y las luces, encendidas. Uno de ellos volvió a entrar y apagó una vez más las luces, cerrando también la ventana. Cuando volvió con sus compañeros y se dispusieron a irse, miraron una vez más atrás para darse cuenta de que había dos ventanas abiertas y las luces volvían a estar encendidas. Preocupados, entraron los tres a la vez y antes de apagar las luces, se centraron en buscar si quedaba alguien en el interior.
Rindiéndose al comprobar que no había nadie, se dirigieron a la salida... pero entonces, vieron a un hombre alto con un sombrero negro dirigiéndose al cuarto de baño. Los tres hombres le siguieron y llamaron, pero al llegar al baño, vieron que el hombre con sombrero había desaparecido.
Aunque tras el incidente se llevaron a cabo varias investigaciones, lo único que pudieron captar fue una psicofonía que respondía a la pregunta que hizo uno de los investigadores al supuesto fantasma: "¿Podemos ayudarte?". La respuesta fue "¿Os importa?".
Aunque el edificio fue finalmente abandonado y el espectro no se manifestó más, el dueño de la tienda aprovechó para difundir el rumor de que el hombre del sombrero era ni más ni menos que el fantasma de su padre.
Antes de ir al siguiente punto, Bautista señaló que en la propia iglesia del Cristo de la O, relacionado con la leyenda de la cruz de carei (unos marineros que naufragaron prometieron llevar a la iglesia una nueva cruz si sobrevivían: tras salvar la vida, cumplieron su promesa y construyeron una cruz con conchas de carei, enviándola a la iglesia) un grupo de jóvenes captó una psicofonía tras llevar una grabadora allí y realizar una sesión de ouija, por mera curiosidad. Al no recibir respuesta, uno de los jóvenes trató de "provocar" a los espíritus, recibiendo como respuesta una psicofonía de voz grave que exclamaba: "¡Imbécil!"
Volviendo al callejón, el grupo avanzó hasta la Plaza del Altozano a través de un determinado camino del mercado de abastos de Triana. Una vez en la plaza, Bautista destacó el trabajo de una compañera del ABC, que llevó a cabo un interesante reportaje sobre la presencia del fantasma de una niña pelirroja de vestido blanco en el mercado, habiendo sida vista por diversos comerciantes e incluso por guardias de seguridad. Por supuesto, hubo investigaciones en el lugar, edificado sobre una antigua cárcel de la Inquisición, y tratando de contactar con la niña, se contactó, en su lugar, con una voz masculina que murmuraba "Nos va a matar". Tratándose de una zona cercana a una antigua sede de la Santa Inquisición, el Palacio de San Jorge, la conclusión fue que tanto la pequeña como la psicofonía tenían relación con el mismo lugar. Aunque no se logró contactar con la niña, esta sigue apareciéndose a diversos comerciantes, que aseguran que la pequeña habla, ríe y desaparece sin dejar rastro... pero nunca les ha hecho daño.
El viaje continuó hasta la calle Pureza, frente a la capilla de los Marineros. La historia que Bautista narró a continuación ocurrió en 2004: en una de las procesiones de madrugada, más concretamente en la del Cristo de las Tres Caídas, apareció junto al paso un niño de unos ocho años. Aunque no molestaba al personal, el capataz no dejaba de preguntar a las personas de alrededor si el niño era de alguno de ellos. Durante la carrera oficial, el niño desapareció, para reaparecer justo cuando el paso volvía a la capilla. A escasos metros de ésta, se puso a llorar, señalando una casa cercana a la entrada de la capilla. Cuando el paso estaba a punto de entrar, el capataz se acercó al niño, preguntándole qué ocurría: el pequeño insistió en que quería tocar el timbre de la puerta.
Entre cansado y compasivo, el capataz cogió al niño en brazos y le llevó hasta la entrada, elevándolo para que pudiese tocar la campana. Una vez lo hizo, el hombre procedió a dejar al niño en el suelo... y nada más hacerlo, el pequeño desapareció, ante sus ojos y ante la mirada atónita del resto de personas que alrededor se encontraban.
Todavía sin dar crédito a lo ocurrido, comprobó que no quedase nadie dentro de la capilla ni bajo el paso una vez la cerró: estaba completamente vacía, y a pesar de la vigilancia en la salida, nadie vio salir al niño. Todavía hoy, es un completo misterio.
Pasando por Pagés del Corro, el grupo de Bautista dio con uno de los lugares más comentados en toda Sevilla debido a su supuesta actividad paranormal: el cine Fantasio, actualmente, un humilde apartahotel. Las historias alrededor del cine giraban en torno a todo tipo de leyendas sobre fantasmas y poltergeist, pero el propio Bautista confirmó que siempre se había tratado de un simple bulo que alguien inventó con afán de desprestigiar el edificio. Y añadió el investigador paranormal que el hotel en la actualidad tenía muy buenas críticas. Una de las entradas de este blog explica el bulo del cine Fantasio de manera algo más extensa.
Por último, el grupo fue conducido a la calle San Jacinto. La última historia giraba en torno a los Salesianos de Triana, un colegio que, como cualquier otro, contenía sus típicas historias de fantasmas y clases abandonadas. No obstante, parte de dichas historias era real: dos jóvenes se introdujeron en el edificio a altas horas de la noche con una grabadora, dispuestos a hacer una ouija.. La grabación, de treinta segundos, mostraba en primer plano las voces de dos jóvenes y los movimientos ocasionales de algún objeto.
En algún momento, en segundo plano, empiezan a escucharse voces de niños. Sería lógico teniendo en cuenta que es un colegio, pero la particularidad de la grabación es que fue realizada a las cuatro de la madrugada. Entre los gritos de los niños, se escuchaba a uno de ellos llamando a un tal Marcos. En tercer plano, otro niño gritaba "¡Sígueme!", terminando la palabra en un llanto.
La psicofonía mencionada, además de más datos referentes a este lugar, son recogidos en este programa de Con M de Misterio.
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