lunes, 16 de noviembre de 2015

El centro de Sevilla y sus fantasmas



La empresa Naturanda, conformada por licenciados en historia, humanidades y medio ambiente, nació en 2014 trayendo consigo una serie de rutas y tours de diversas temáticas para enseñar sobre Sevilla y su patrimonio, cultura y misterios.


El primer tour al que he tenido opotunidad de asistir ha sido la ruta de Sevilla Paranormal. El guía, Jose Manuel García Bautista, es un conocido investigador de sucesos paranormales que trabajó como productor de Cuarto Milenio y llevó a cabo diversas investigaciones en la ciudad de Sevilla, habiendo escrito libros sobre la materia y habiendo participado en numerosas entrevistas.

El tour comenzó en el Ayuntamiento de Sevilla, en Plaza Nueva, donde Bautista desveló el miedo de muchos guardias nocturnos a la aparición de una sombra bajando las escaleras por las noches y la presencia de ruidos extraños. Una psicofonía conformada por una simple palabra fue captada una de aquellas noches. La voz del más allá fue mostrada e interpretada por Bautista, ayudando a entender al grupo lo que decía la voz: "oraciones". A aquella aparición se la acabó considerando un monje, algo no demasiado alejado del pasado de aquella zona. Plaza Nueva fue en el pasado un gran convento, y cuando se derrumbó, quedaron sepultados los huesos de los monjes allí enterrados. No obstante, en las obras de construcción de Plaza Nueva, se encontraron dichos huesos y se extrajeron, comenzando entonces los sucesos extraños en el edificio que ahora es el ayuntamiento de la ciudad de Sevilla. En palabras de Bautista: "Cuando se cambian los huesos de lugar se perturba el descanso, así empiezan los problemas".

La siguiente parada fue tras el ayuntamiento, en la Plaza de San Francisco. Allí tuvo lugar una  historia similar involucrando fantasmas, más concretamente en la que es ahora una de las oficinas de Caixabank. El que sería el jefe de aquella sucursal presenció poltergeist, es decir, objetos cambiando de lugar sin intervención humana. No le dio importancia hasta que, una noche, las luces parpadearon y al intentar abrir la puerta de su despacho para irse, ésta se cerraba sola ante sus ojos por una fuerza desconocida. Una psicofonía captada en aquel lugar pronunciaba las palabras "Ave María Purísima". Aquel edificio, en la Edad Media, era una de las sedes de la Inquisición española, y esa frase era dicha a los prisioneros justo antes de que ardiesen en la hoguera.


A continuación, Bautista condujo al grupo a la calle Pajaritos, apuntando a un piso actualmente en venta. Una familia conformada por un anciano, su hijo y su nieto se trasladaron allí alrededor de 2010. Al poco de instalarse, el anciano murió, y su hijo tuvo la ocurrencia de utilizar un tablero de ouija y una grabadora para intentar contactar con él, emulando programas de radio y televisión centrados en temas paranormales. Su hijo no tardó en unirse a sus intentos de contactar con un espíritu, que al principio no tuvieron éxito alguno, pues como indicó Bautista: “La ouija es, sobretodo, algo mental. Rara vez llegas a contactar con algo real”.


Cuando al fin consiguieron contactar con alguien, la grabadora captó lo que con ansia esperaban a parte del contacto, una psicofonía: como las dos anteriores, se nos mostró, y esta vez, no hizo falta que Bautista nos indicase qué decía la voz, pues era clara como el agua: “Hay vida.”


Una de las personas presentes en el tour señaló que la voz no podía ser del anciano, pues era una voz femenina. Y no se equivocaba: a partir de aquel contacto, los objetos empezaron a moverse solos, la televisión se encendía y apagaba a voluntad y se veían sombras en el pasillo. Al parecer, incluso llegaron a escuchar pasos durante las noches.


En un desesperado intento por parar aquella locura, volvieron a recurrir al tablero de ouija y a la grabadora, preguntando lo siguiente: “¿Por qué nos está pasando esto?”


Por suerte para aquel hombre y su hijo, quien respondió tanto en el tablero como en la grabadora por medio de una psicofonía, sí parecía ser el anciano al que habían estado buscando en primer lugar. Su respuesta fue la siguiente: “Nos odia”.


¿Con quién habían contactado, entonces? Tras ponerse en contacto con investigadores de lo paranormal, entre ellos Bautista, y analizar las psicofonías y los sucesos que ocurrían en la casa, averiguaron a quién pertenecía la voz femenina tras la cual se empezaron a sentir aquellos poltergeist: la primera dueña de la casa, una anciana que apenas salía de ella y que mantuvo cierta obsesión por su hogar hasta la muerte. Según Bautista, lo más probable es que viese como intrusos a aquellos nuevos inquilinos.


Aunque éstos aguantaron cuatro meses en la casa antes de abandonarla, una familia posterior apenas aguantó dos semanas en el apartamento, y desde entonces, está abandonado.



El siguiente destino fue la antigua Cárcel Real de Sevilla, actualmente un Caixabank: el lugar ha sido siempre conocido por ser el lugar donde el escritor Miguel de Cervantes estuvo preso. Un guardia de seguridad novato empezó su primer turno con normalidad, a medianoche. En algún momento, lanzó una bola de papel de plata a la papelera tras haber consumido su cena y se fue a vigilar el resto del edificio con su linterna.


Cuando se disponía a bajar las escaleras del sótano, algo golpeó suavemente su cabeza, cayendo a continuación al suelo: la bolita de papel de plata.


Sin querer atribuirle una posible explicación paranormal, apartó la bola con un pie y se dispuso a seguir bajando hasta el sótano... y volvió a ser golpeado por la misma bola, esta vez, con más fuerza. Aterrorizado, salió del edificio y se quedó en la entrada hasta que terminó su turno.


La noche siguiente, tratando de ignorar lo ocurrido, se quitó el cinturón que todo guardia de seguridad lleva con diversos útiles y se sentó en la última planta, descansando. Se distrajo un momento, y al ir a coger su cinturón de nuevo, se dio cuenta de que no estaba en la mesa donde lo había dejado.


Buscó su cinturón por todo el edificio, preocupado, pues perder el cinturón podía ser motivo de despido. Al fin, dio con él: estaba al fondo del sótano, colgando del picaporte de una puerta. Tomó el cinturón y salió corriendo del edificio, quedándose en la puerta, al igual que la noche anterior.


Su último turno de noche, a pesar de ser más suave comparado con los dos anteriores, fue el que le convenció para dimitir y avisar al equipo de investigación: una voz empezó a gritar su nombre en plena madrugada, viniendo de algún lugar del interior del edificio.


Bautista prosiguió la marcha hasta la esquina de Puente y Pellón, deteniéndose frente a unos grandes almacenes cerrados desde hace años a pesar de encontrarse en una zona comercial de Sevilla: los almacenes Vilima. Abiertos en los sesenta, sufrieron un incendio en 1968 que acabó con la vida de dos bomberos cuando el suelo de la tercera planta, foco del incendio, cedió ante el peso del agua utilizada para apagarlo. Tras su reapertura un año después, habiendo restaurado el edificio, comenzaron a ocurrir cosas extrañas.


En la tercera planta, convertida en sección de zapatos y juguetes, los trabajadores reportaban que los zapatos cambiaban de sitio a pesar de dejarlos siempre en un determinado orden. Los guardias nocturnos reportaban haberse sentido observados constantemente, y afirmaban haber visto sombras y juguetes sin pilas activándose solos y campando a sus anchas por la tercera planta. Hubo un segundo incendio años después, por suerte, sin muertos.


Tras vender el edificio a una empresa hotelera que fue incapaz de construir un hotel debido a lo estrechas que eran las calles, el edificio acabó cerrado al público, siendo solo abierto de nuevo en dos ocasiones: una de ellas, para una investigación llevada a cabo por el equipo de Bautista, donde captaron una psicofonía de cuatro segundos en los que se apreciaban los gritos apagados de un hombre y el crepitar de una llama de fuego en segundo plano.


La segunda ocasión fue con motivo de la grabación de la película Crimen Ferpecto, de Álex de la Iglesia. Los actores afirmaban no sentirse cómodos allí, y al parecer, había piezas del metraje que desaparecían misteriosamente o aparecían quemadas.


Una última anécdota: un grupo conformado por dos chicos y dos chicas se propusieron llevar a cabo una sesión de ouija en el edificio ya abandonado. Cuando consiguieron contactar con alguien, uno de los integrantes del grupo se puso en pie, y al grito de “os voy a matar” golpeó a puñetazos a dos de sus compañeros, terminando los tres en un hospital. Lo más probable, a ojos de Bautista, es que fuese una posesión o incluso un indicio de trastorno mental, pues el autor de la paliza no recuerda haber pronunciado aquellas palabras.



Teatro Joaquín Turina - A.M.M.
Por último, el grupo se instaló entre el restaurante El Perro Viejo y el teatro Joaquín Turina, en la calle Laraña. En el teatro, se afirmaba que se podía ver una mujer que aparecía en las cámaras de vigilancia durante la noche, observándolas para desconcierto de los guardias de seguridad. Si no veían a la mujer, veían luces, y si no veían luces, veían puertas cerrándose y abriéndose solas a pesar de estar cerradas con llave. Incluso desde el banco contiguo se podían ver luces por las ventanas. 




La Facultad de Bellas Artes guarda en su interior una de las historias más conocidas de la Sevilla sobrenatural: el fantasma de Cecilia, más conocida como Fernán Caballero. Las limpiadoras han sido las más afectadas por la presencia del espectro, pues suelen quedarse solas por la noche ejerciendo su trabajo. A parte de escuchar siseos, ver luces e incluso una figura corpórea cruzando los pasillos, llegaron a afirmar que a veces el espíritu les hablaba, con una voz femenina. Una limpiadora comentó a Bautista que una noche, levantando una papelera, una voz a su espalda le preguntó “¿Te ayudo?”.


La cadena de sucesos atrajo al equipo en el que se encontraba Bautista, autorizado por el rector para llevar a cabo diversas investigaciones, encontrándose diversas psicofonías y captándose múltiples veces la figura que describían las limpiadoras. No obstante, no solo se manifestaba dicho fantasma durante la noche: muchos docentes afirman haber visto cosas, haber sido testigo de objetos cambiando de sitio e incluso se han quedado estupefactos al abrir una taquilla y ver que ésta se cerraba de un portazo ante ellos.


Por último, nos centramos en el restaurante El Perro Viejo, anteriormente conocido como restaurante Viandas: infestado desde su construcción de rumores, fue testigo del suicidio de los dos primeros dueños del establecimiento, y al parecer, de la muerte de dos niñas

Restaurante Viandas en la actualidad, ahora llamado El Perro Viejo - A.M.M.


Del Viandas se extrajeron varias psicofonías, y Bautista mostró tres al grupo: dos de ellas, con una voz femenina, gritaban “¡A cenar!” y “Fuera de aquí”. La tercera psicofonía era la voz de una niña aparentemente llamando a su madre.


¿Qué fue lo que llamó la atención de los investigadores en el Viandas, a parte de simples leyendas a raíz de los suicidios? Los testimonios de los camareros.


Uno de ellos escuchó cómo le llamaban por su nombre y a continuación, sus zapatos comenzaban a andar solos hacia la salida. Otra camarera que se encontraba en el vestuario afirmó que al mirar el espejo, vio a un hombre calvo asomado tras la puerta del cuarto: al mirar dicha puerta, la encontró cerrada, pero mirando al espejo de nuevo, el hombre seguía allí.


Otro testimonio involucra a una niña que comía allí con sus padres: la pequeña afirmaba que había un hombre junto a las escaleras hacia el piso superior que le estaba pidiendo que le siguiese, y ante la mirada atónita de los padres y del dueño del restaurante, al que llamaron para explicarle la situación, la niña cogió con la mano algo invisible y subió al piso superior. Tras un recorrido completo a la segunda planta del restaurante, terminó de cara a una pared, llorando y sin recordar qué había sucedido.


Bautista, cuando trabajaba en el programa Milenio 3, fue enviado al Viandas para realizar una entrevista en directo al que sería el tercer dueño del establecimiento. Durante la entrevista, el programa de radio comenzó a recibir llamadas de oyentes afirmando escuchar psicofonías durante la retransmisión. A medida que hablaban de los sucesos acontecidos en el lugar, empezaron a escucharse pasos en los pisos superiores, y las ventanas empezaron a abrirse y cerrarse solas. Además, las cámaras térmicas detectaron una figura humana con una temperatura mucho más baja de lo normal a pesar de pertenecer, supuestamente, a un ser humano. El programa puede escucharse completo aquí.





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