domingo, 27 de diciembre de 2015

La parte desconocida de la historia de la ciudad

Una vez más, Naturanda proporciona un tour ambiental por Sevilla que demuestra los amplios conocimientos de sus guías en la historia de Sevilla y en casos curiosos y paranormales ocurridos en la misma. El tour de la Sevilla Encantada, con Daniel como guía, consistió en dos horas de la historia de esta ciudad, con mitos, hecho extraordinarios y sucesos paranormales.

El tour comenzó en la Plaza del Triunfo, donde dio comienzo una breve introducción de la historia de la ciudad comentando sus múltiples invasiones y las hazañas de algunos de sus reyes. De entre estas historias, se centró en por qué la Plaza del Triunfo es llamada como tal: hubo un terremoto en la Edad Media que hizo que gran parte de los sevillanos de la zona acudiesen a refugiarse a una zona libre de edificios, la actual plaza. Al ser salvados, dieron las gracias a la Virgen María por protegerlos, y consideraron la protección de los ciudadanos por su parte como un triunfo, de ahí el nombre de la plaza.


Comienzo del tour, en la Plaza del Triunfo - A. M. M.


El siguiente destino fue el Patio de Banderas, y mientras los clientes del tour contemplaban la Giralda, el guía explicó curiosidades de la misma, como que el Giraldillo en realidad es una mujer embarazada y que la torre tiene dos partes, una hecha por los musulmanes y otra, la del campanario, construida por cristianos después de la reconquista.


Luego, el grupo pasó por las juderías, y con cada parada, se iban contando las dificultades de los judíos en Sevilla cuando empezó a originarse un movimiento antisemita, nacido de la envidia y el hambre de los analfabetos plebeyos, que atribuían sus males económicos a los judíos, al ser los banqueros por excelencia de la ciudad. Todo esto ocurrió durante el conflicto de Pedro el Cruel y su hermano bastardo Enrique de Trastamara por el trono de España. Al ganar Enrique, los judíos, aliados de Pedro el Cruel, perdieron todavía más prestigio, y no tardó en generarse un movimiento de campesinos venidos desde Écija y varios municipios más de la zona para ir a las juderías y acribillar a los judíos. Tras condenar este acto, el nuevo monarca, Enrique II, construyó una muralla alrededor de la judería, y aunque el conflicto en activo cesó, el odio entre ambos bandos siguió creciendo, y la judería se terminó convirtiendo en un gueto.


Todavía en el interior de las juderías, más concretamente en la Calle de la Muerte, el guía narró la mitad mito, mitad realidad de Susona, una chica judía que, enamorada de un cristiano al que visitaba por las noches sin que su padre lo supiera, traicionó a su familia y a su gente al delatar un ataque que pretendía llevar a cabo la élite de la judería, el padre de la chica entre ellos. Avisó a su pareja, el cristiano, y aunque le pidió que no lo contase y salvase su vida, el joven alertó a las autoridades, que ajusticiaron a los judíos. Cuando la joven quiso buscar cobijo con su pareja, éste la rechazó, alegando que si fue capaz de traicionar a su padre, seguramente él tampoco estaba a salvo.
La historia continúa con la joven ingresando en un convento y pidiendo en su testamento que se cortase su cabeza y se colocase en su antigua casa, como recuerdo de sus terribles actos.
Al parecer, su deseo se hizo realidad, y su cabeza se colgó de un muro y se tapió. La cabeza no sigue allí actualmente, pero se le rinde homenaje con un pequeño resumen de esta historia y un azulejo con una calavera.

Casa de Susona y azulejo conmemorativo - A.M.M.


En la calle Lope de Rueda, el grupo se detuvo frente a un edificio abandonado con ventanas abiertas, siendo el interior totalmente visible. El edificio albergó varios negocios, entre ellos, uno de maletas, cuyos empleados contaban que se movían solas y que las puertas, con pomos, se abrían también sin ninguna clase de fuerza humana: los pomos giraban solos.
Tras investigar la historia del lugar, se dio con la historia de un hombre al que nadie caía bien apodado Barrabas, que fue asesinado en la esquina de la calle de su casa tras haber asesinado a su mujer con veneno, con una historia de adulterio detrás. Se cree que la influencia tan negativa de ese hombre fue el que provocaba dichos fenómenos: se intentó hacer una obra para remodelar el edificio por dentro, y por una razón desconocida, la obra se abandonó a los tres meses... y no se ha vuelto a hablar de la misma por parte de los obreros.

Interior de la casa de Barrabás, con los restos de una obra dejada a la mitad - A. M. M.


Tras admirar la llamada reja del diablo, una rejilla de extraña formación que se dice que trae mala suerte a quien la toca, el grupo se dirigió al frente del instituto británico, un lugar de alta actividad paranormal: objetos que se mueven solos, voces, una figura femenina que baja por las escaleras... al principio, el que dio dichos testimonios fue el hombre que compró el edificio, Míster John, y como era adicto a la bebida, la gente no le creyó hasta que una constructora encontró, dentro de los muros, un ataúd con un cuerpo femenino en su interior. 
Como curiosidad, cuando se retiraron los huesos y se llevaron al sepulcro familiar de la familia a la que pertenecía el edificio antes de convertirse en un instituto, estos fenómenos desaparecieron.


Tras recorrer varias calles, el grupo llegó hasta la calle Cabeza del Rey Don Pedro. Esta calle recibe su nombre por una anécdota involucrando al rey Pedro el Cruel, que retó a duelo a un hombre de una familia que estaba de parte de Enrique II. Al matar a este individuo en el duelo, fue descubierto por una anciana, que se escondió por miedo a posibles represalias si contaba lo que vio. El rey prometió a la familia que encontraría al asesino y le daría una recompensa a su captor, para evitar que sospechasen de su posible implicación con la muerte de aquel hombre. El hijo de la anciana, al enterarse de lo ocurrido y ver el miedo de la anciana, decidió revelar la identidad del asesino al rey con un plan, que consistió en revelar al rey que sabía que fue él, sin usar palabras. Prometió no decir nada, recibió la recompensa y el rey, alegando que no podía exhibir la cabeza debido a que el asesino era de una familia importante cuya reputación podría quedar manchada, guardó una réplica de su propia cabeza en mármol dentro de una caja y la colocó en esa misma calle, apostando a dos guardias para protegerla y evitar que nadie la descubriese.


Para finalizar, el guía condujo al grupo hasta la calle Laraña, delante de la facultad de Bellas Artes, destino del que ya se habló en una entrada anterior, también con un tour de Naturanda: Sevilla Paranormal. No obstante, en este tour se relataron otros hechos: un guardia de seguridad fue estrangulado por una presencia invisible, el ascensor siempre se para en el sótano y las taquillas producen ruidos solas.
También se habla de que las brújulas, una vez puestas sobre el sepulcro de Fernan Caballero, enloquecen, tal y como se puede ver en este vídeo.





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